La simulación hoy nos permite ahorrar tiempo y dinero al ayudarnos a tomar decisiones óptimas basadas en un análisis completo de lo que sucederá durante el transcurso del tiempo ante distintas circunstancias en fracciones del tiempo que nos llevarían otros análisis o pruebas necesarias.
Los mayores beneficios se obtienen en aquellos campos en los que las probabilidades de ocurrencia y las interrelaciones complejas y dinámicas tienen gran efecto sobre los resultados de sistema, ya que la simulación permite observar y registrar el comportamiento de los procesos en el transcurso del tiempo, permitiéndonos conocer mejor a los mismos y comprender sus interacciones.
Un ejemplo de esto es la programación de la producción en lotes, donde distintos productos tienen distintos procesos realizados en un grupo acotado de máquinas, por lo cual es difícil prever en el tiempo cual será la secuencia de trabajo de cada máquina para anticipar las restricciones de herramientas y materiales, como así también prever la aparición de cuellos de botella.
Los resultados finales de la simulación son las reducciones de pérdidas de tiempos, la mejor sincronización de las operaciones, la mejor utilización de los recursos, mayor estabilidad de proceso, la estimación óptima de inventarios y el análisis de nuevas políticas y entre otros.
Como otro campo importante de acción podemos nombrar a la validación de nuevos proyectos, donde allí nos ayuda a la detección temprana de errores, puliendo todos aquellos eventos no previstos o errores de proceso ocultos, para finalmente obtener una validación de que nuestro proyecto obtendrá los resultados esperados, con una utilización de recursos adecuada, una estabilidad de procesos adecuada y bajo las condiciones exigidas por la realidad al simular las ineficiencias aleatorias conocidas de los quipos, recursos y materiales.